1 Saul uhkui yhä vihaa ja murhanhimoa Herran opetuslapsia kohtaan. Hän meni ylipapin luo

2 ja pyysi tältä Damaskoksen synagogille osoitettuja kirjeitä, jotka valtuuttaisivat hänet vangitsemaan tuolle tielle lähteneet, sekä miehet että naiset, ketkä vain käsiinsä saisi, ja tuomaan heidät Jerusalemiin.

3 Matkalla, Saulin ollessa jo lähellä Damaskosta, taivaasta leimahti yhtäkkiä valo hänen ympärilleen.

7 Saulin matkatoverit seisoivat sanattomina. He kuulivat äänen mutta eivät havainneet ketään.

8 Saul nousi maasta, mutta kun hän avasi silmänsä, hän ei nähnyt mitään. Toiset veivät hänet Damaskokseen kädestä taluttaen.

9 Kolmeen päivään hän ei nähnyt mitään, ei syönyt eikä juonut.

18 Samassa oli kuin suomut olisivat pudonneet Saulin silmistä, ja hän näki jälleen. Hän nousi jalkeille, ja hänet kastettiin.

19 Ruokaa nautittuaan hän taas voimistui. Saul viipyi jonkin aikaa Damaskoksessa opetuslasten luona.

20 Hän alkoi heti synagogissa julistaa, että Jeesus on Jumalan Poika.

22 Mutta Saul sai yhä enemmän voimaa. Vääjäämättömin todistein hän osoitti, että Jeesus on Kristus, ja saattoi näin Damaskoksen juutalaiset hämmennyksen valtaan.

23 Jonkin ajan kuluttua juutalaiset päättivät tappaa Saulin.

24 Saul sai kuitenkin vihiä heidän hankkeestaan. He pitivät kaupungin porteilla vartiota yötä päivää, jotta saisivat hänet surmatuksi,

25 mutta eräänä yönä opetuslapset auttoivat hänet pakoon laskemalla hänet korissa muurilta alas.

26 Jerusalemiin saavuttuaan Saul yritti liittyä opetuslasten joukkoon, mutta kaikki pelkäsivät häntä eivätkä uskoneet, että hänestä oli tullut opetuslapsi.

27 Silloin Barnabas tuli hänen avukseen ja vei hänet apostolien luo. Hän kertoi heille, kuinka Saul oli tiellä nähnyt Herran, kuinka Herra oli puhunut hänelle ja kuinka hän Damaskoksessa oli rohkeasti julistanut sanomaa Jeesuksesta.

28 Sen jälkeen Saul eli ja vaikutti heidän parissaan Jerusalemissa. Rohkeasti hän julisti sanomaa Herrasta.

29 Hän puhui myös kreikankielisille juutalaisille ja väitteli heidän kanssaan, mutta he yrittivät tappaa hänet.

30 Kun uskonveljet saivat tietää tämän, he veivät Saulin Kesareaan ja lähettivät hänet sieltä Tarsokseen.

31 Kaikkialla Juudeassa, Galileassa ja Samariassa kirkolla oli nyt rauha. Se eli ja rakentui Herran pelossa, ja Pyhä Henki vahvisti sitä, niin että se yhäti kasvoi.

32 Pietari kiersi paikkakunnalta toiselle ja tuli myös Lyddassa asuvien pyhien luo.

33 Hän tapasi kaupungissa Aineas-nimisen miehen, joka oli halvaantunut ja oli ollut vuoteenomana kahdeksan vuotta.

35 Kaikki, jotka asuivat Lyddassa ja Saaronin tasangolla, näkivät hänet, ja he kääntyivät ja uskoivat Herraan.

36 Joppessa oli opetuslasten joukossa Tabita-niminen nainen; nimi on kreikaksi Dorkas. Hän teki paljon hyvää ja avusti köyhiä runsain määrin.

37 Mutta noihin aikoihin hän sairastui ja kuoli, ja hänet pestiin ja kannettiin kattohuoneeseen.

39 Pietari lähti heti miesten mukaan. Kun hän tuli paikalle, hänet vietiin kattohuoneeseen, ja leskivaimot kerääntyivät hänen ympärilleen ja näyttivät itkien hänelle paitoja ja muita vaatteita, jotka Dorkas oli tehnyt ollessaan vielä heidän kanssaan.

41 Pietari ojensi hänelle kätensä ja auttoi hänet jalkeille. Sitten Pietari kutsui huoneeseen lesket ja kaikki pyhät, ja he saivat nähdä, että Tabita oli elossa.

42 Tapahtumasta levisi tieto ympäri Joppea, ja monet uskoivat nyt Herraan.

43 Pietari jäi vielä joksikin aikaa Joppeen ja asui erään Simon-nimisen nahkurin luona.

1 Y SAULO, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes,

2 Y demandó de él letras para Damasco á las sinagogas, para que si hallase algunos hombres ó mujeres de esta secta, los trajese presos á Jerusalem.

3 Y yendo por el camino, aconteció que llegando cerca de Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo;

4 Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

5 Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él dijo: Yo soy Jesús á quien tú persigues: dura cosa te es dar coses contra el aguijón.

6 El, temblando y temeroso, dijo: ¿Señor, qué quieres que haga? Y el Señor le dice: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene hacer.

7 Y los hombres que iban con Saul, se pararon atónitos, oyendo á la verdad la voz, mas no viendo á nadie.

8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía á nadie: así que, llevándole por la mano, metiéronle en Damasco;

9 Donde estuvo tres días sin ver, y no comió, ni bebió.

10 Había entonces un discípulo en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.

11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve á la calle que se llama la Derecha, y busca en casa de Judas á uno llamado Saulo, de Tarso: porque he aquí, él ora;

12 Y ha visto en visión un varón llamado Ananías, que entra y le pone la mano encima, para que reciba la vista.

13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído á muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho á tus santos en Jerusalem:

14 Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender á todos los que invocan tu nombre.

15 Y le dijo el Señor: Ve: porque instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel:

16 Porque yo le mostraré cuánto le sea menester que padezca por mi nombre.

17 Ananías entonces fué, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo.

18 Y luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al punto la vista: y levantándose, fué bautizado.

19 Y como comió, fué confortado. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.

20 Y luego en las sinagogas predicaba á Cristo, diciendo que éste era el Hijo de Dios.

21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalem á los que invocaban este nombre, y á eso vino acá, para llevarlos presos á los príncipes de los sacerdotes?

22 Empero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía á los Judíos que moraban en Damasco, afirmando que éste es el Cristo.

23 Y como pasaron muchos días, los Judíos hicieron entre sí consejo de matarle;

24 Mas las asechanzas de ellos fueron entendidas de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.

25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro en una espuerta.

26 Y como vino á Jerusalem, tentaba de juntarse con los discípulos; mas todos tenían miedo de él, no creyendo que era discípulo.

27 Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo á los apóstoles, y contóles cómo había visto al Señor en el camino, y que le había hablado, y cómo en Damasco había hablado confiadamente en el nombre de Jesús.

28 Y entraba y salía con ellos en Jerusalem;

29 Y hablaba confiadamente en el nombre del Señor: y disputaba con los Griegos; mas ellos procuraban matarle.

30 Lo cual, como los hermanos entendieron, le acompañaron hasta Cesarea, y le enviaron á Tarso.

31 Las iglesias entonces tenían paz por toda Judea y Galilea y Samaria, y eran edificadas, andando en el temor del Señor; y con consuelo del Espíritu Santo eran multiplicadas.

32 Y aconteció que Pedro, andándolos á todos, vino también á los santos que habitaban en Lydda.

33 Y halló allí á uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, que era paralítico.

34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y hazte tu cama. Y luego se levantó.

35 Y viéronle todos los que habitaban en Lydda y en Sarona, los cuales se convirtieron al Señor.

36 Entonces en Joppe había una discípula llamada Tabita, que si lo declaras, quiere decir Dorcas. Esta era llena de buenas obras y de limosnas que hacía.

37 Y aconteció en aquellos días que enfermando, murió; á la cual, después de lavada, pusieron en una sala.

38 Y como Lydda estaba cerca de Joppe, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No te detengas en venir hasta nosotros.

39 Pedro entonces levantándose, fué con ellos: y llegado que hubo, le llevaron á la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas.

40 Entonces echados fuera todos, Pedro puesto de rodillas, oró; y vuelto al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y viendo á Pedro, incorporóse.

41 Y él le dió la mano, y levantóla: entonces llamando á los santos y las viudas, la presentó viva.

42 Esto fué notorio por toda Joppe; y creyeron muchos en el Señor.

43 Y aconteció que se quedó muchos días en Joppe en casa de un cierto Simón, curtidor.