3 Aamulla päivän valjetessa miehet saivat aaseinensa lähteä matkalle.
6 Kun hän sitten saavutti heidät, puhui hän heille nämä sanat.
8 Katso, rahan, jonka löysimme säkkiemme suusta, me olemme tuoneet takaisin sinulle Kanaanin maasta; kuinka siis olisimme varastaneet hopeata tai kultaa herrasi talosta?
11 Ja he laskivat nopeasti säkkinsä maahan, ja jokainen avasi säkkinsä.
12 Ja hän etsi, alkaen vanhimmasta ja lopettaen nuorimpaan, ja malja löytyi Benjaminin säkistä.
13 Silloin he repäisivät vaatteensa, kuormasivat kukin tavaransa aasinsa selkään ja palasivat kaupunkiin.
14 Ja Juuda meni veljinensä Joosefin taloon, jossa tämä vielä oli, ja he lankesivat maahan hänen eteensä.
19 Herrani kysyi palvelijoiltaan sanoen: 'Onko teillä isää tai veljeä?'
20 Me vastasimme herralleni: 'Meillä on kotona vanha isä ja veli, joka on syntynyt hänen vanhoilla päivillänsä ja on vielä nuori; mutta tämän veli on kuollut, ja niin hän on jäänyt yksin äidistänsä, ja hänen isänsä rakastaa häntä'.
21 Niin sinä sanoit palvelijoillesi: 'Tuokaa hänet tänne minun luokseni, että silmäni saisivat katsella häntä'.
22 Me vastasimme herralleni: 'Nuorukainen ei saata jättää isäänsä, sillä jos hän jättäisi isänsä, niin tämä kuolisi'.
23 Mutta sinä sanoit palvelijoillesi: 'Jos nuorin veljenne ei tule tänne teidän kanssanne, niin älkää enää näyttäytykö minun kasvojeni edessä'.
24 Ja me menimme kotiin palvelijasi, minun isäni, luo ja kerroimme hänelle herrani sanat.
25 Niin isämme sanoi: 'Menkää jälleen ostamaan meille vähän elintarpeita'.
26 Me sanoimme: 'Emme voi lähteä sinne; ainoastaan jos nuorin veljemme seuraa mukanamme, me lähdemme, sillä me emme voi näyttäytyä sen miehen kasvojen edessä, jollei nuorin veljemme ole mukanamme'.
27 Niin palvelijasi, minun isäni, sanoi meille: 'Tiedättehän itse, että vaimoni synnytti minulle kaksi poikaa.
28 Toinen lähti pois luotani, ja minä sanoin: Varmaan hänet on raadeltu kuoliaaksi, enkä minä ole häntä siitä päivin nähnyt.
29 Jos te nyt viette minulta tämänkin ja jos onnettomuus kohtaa häntä, niin te saatatte minun harmaat hapseni vaipumaan tuskalla tuonelaan.'
30 Jos minä siis tulisin kotiin palvelijasi, isäni, luo eikä meillä olisi mukanamme nuorukaista, johon hän on kaikesta sielustaan kiintynyt,
31 niin hän nähdessään, ettei nuorukainen ole kanssamme, kuolisi, ja me, sinun palvelijasi, saattaisimme palvelijasi, isämme, harmaat hapset vaipumaan murheella tuonelaan.
32 Sillä palvelijasi on luvannut isälleen vastata nuorukaisesta ja sanonut: 'Jos en tuo häntä takaisin luoksesi, niin minä olen syyllinen isäni edessä kaiken elinaikani'.
33 Ja jääköön siis palvelijasi herralleni orjaksi nuorukaisen sijaan, ja nuorukainen menköön kotiin veljiensä kanssa.
1 Y MANDO José al mayordomo de su casa, diciendo: Hinche los costales de aquestos varones de alimentos, cuanto pudieren llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal:
2 Y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José.
3 Venida la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos.
4 Habiendo ellos salido de la ciudad, de la que aun no se habían alejado, dijo José á su mayordomo: Levántate, y sigue á esos hombres; y cuando los alcanzares, diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien?
5 ¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? habéis hecho mal en lo que hicisteis.
6 Y como él los alcanzó, díjoles estas palabras.
7 Y ellos le respondieron: ¿Por qué dice mi señor tales cosas? Nunca tal hagan tus siervos.
8 He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos á traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro?
9 Aquel de tus siervos en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos siervos de mi señor.
10 Y él dijo: También ahora sea conforme á vuestras palabras; aquél en quien se hallare, será mi siervo, y vosotros seréis sin culpa.
11 Ellos entonces se dieron prisa, y derribando cada uno su costal en tierra, abrió cada cual el costal suyo.
12 Y buscó; desde el mayor comenzó, y acabó en el menor; y la copa fué hallada en el costal de Benjamín.
13 Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y cargó cada uno su asno, y volvieron á la ciudad.
14 Y llegó Judá con sus hermanos á casa de José, que aun estaba allí, y postráronse delante de él en tierra.
15 Y díjoles José: ¿Qué obra es esta que habéis hecho? ¿no sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?
16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos á mi señor? ¿qué hablaremos? ¿ó con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquél en cuyo poder fué hallada la copa.
17 Y él respondió: Nunca yo tal haga: el varón en cuyo poder fué hallada la copa, él será mi siervo; vosotros id en paz á vuestro padre.
18 Entonces Judá se llegó á él, y dijo: Ay señor mío, ruégote que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues que tú eres como Faraón.
19 Mi señor preguntó á sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre ó hermano?
20 Y nosotros respondimos á mi señor: Tenemos un padre anciano, y un mozo que le nació en su vejez, pequeño aún; y un hermano suyo murió, y él quedó solo de su madre, y su padre lo ama.
21 Y tú dijiste á tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre él.
22 Y nosotros dijimos á mi señor: El mozo no puede dejar á su padre, porque si le dejare, su padre morirá.
23 Y dijiste á tus siervos: Si vuestro hermano menor no descendiere con vosotros, no veáis más mi rostro.
24 Aconteció pues, que como llegamos á mi padre tu siervo, contámosle las palabras de mi señor.
25 Y dijo nuestro padre: Volved á comprarnos un poco de alimento.
26 Y nosotros respondimos: No podemos ir: si nuestro hermano fuere con nosotros, iremos; porque no podemos ver el rostro del varón, no estando con nosotros nuestro hermano el menor.
27 Entonces tu siervo mi padre nos dijo: Vosotros sabéis que dos me parió mi mujer;
28 Y el uno salió de conmigo, y pienso de cierto que fué despedazado, y hasta ahora no le he visto;
29 Y si tomareis también éste de delante de mí, y le aconteciere algún desastre, haréis descender mis canas con dolor á la sepultura.
30 Ahora, pues, cuando llegare yo á tu siervo mi padre, y el mozo no fuere conmigo, como su alma está ligada al alma de él,
31 Sucederá que cuando no vea al mozo, morirá: y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor á la sepultura.
32 Como tu siervo salió por fiador del mozo con mi padre, diciendo: Si no te lo volviere, entonces yo seré culpable para mi padre todos los días;
33 Ruégote por tanto que quede ahora tu siervo por el mozo por siervo de mi señor, y que el mozo vaya con sus hermanos.
34 Porque ¿cómo iré yo á mi padre sin el mozo? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá á mi padre.