1 Ennustus, Herran sana Israelille, Malakian kautta.

3 mutta Eesauta minä vihasin; ja minä tein hänen vuorensa autioiksi ja annoin hänen perintöosansa erämaan aavikkosusille.

8 Ja kun te tuotte uhriksi sokean eläimen, niin se muka ei ole paha! Ja kun tuotte ontuvan ja sairaan, niin se muka ei ole paha! Vie se maaherrallesi: mielistyykö hän sinuun, ja onko hän sinulle suosiollinen? sanoo Herra Sebaot.

9 Ja nyt: lepyttäkää Jumalaa, että hän meitä armahtaisi. Tällaista on teidän kädestänne tullut: olisiko hän teille suosiollinen? sanoo Herra Sebaot.

10 Jospa olisi teidän joukossanne joku, joka sulkisi ovet, ettette pitäisi tulta minun alttarillani turhaan! Ei ole minulla mielisuosiota teihin, sanoo Herra Sebaot, enkä minä mielisty ruokauhriin, joka tulee teidän kädestänne.

11 Sillä auringon noususta hamaan sen laskuun on minun nimeni oleva suuri pakanain seassa, ja joka paikassa uhrataan ja tuodaan minun nimeni kunniaksi puhdas ruokauhri. Sillä minun nimeni on oleva suuri pakanain seassa, sanoo Herra Sebaot.

14 Kirottu olkoon pettäjä, jolla on laumassaan koiraspuoli ja joka on luvannut sen, mutta uhraakin Herralle viallisen. Sillä suuri kuningas olen minä, sanoo Herra Sebaot, ja minun nimeni on peljättävä pakanain seassa.

1 CARGA de la palabra de Jehová contra Israel, por mano de Malaquías.

2 Yo os he amado, dice Jehová: y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob, dice Jehová, y amé á Jacob,

3 Y á Esaú aborrecí, y torné sus montes en asolamiento, y su posesión para los chacales del desierto?

4 Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, mas tornemos á edificar lo arruinado; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré: y les llamarán Provincia de impiedad, y, Pueblo contra quien Jehová se airó para siempre.

5 Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea Jehová engrandecido sobre la provincia de Israel.

6 El hijo honra al padre, y el siervo á su señor: si pues soy yo padre, ¿qué es de mi honra? y si soy señor, ¿qué es de mi temor?, dice Jehová de los ejércitos á vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?

7 Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos amancillado? En que decís: La mesa de Jehová es despreciable.

8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para sacrificar, ¿no es malo? asimismo cuando ofrecéis el cojo ó el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo pues á tu príncipe: ¿acaso se agradará de ti, ó le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.

9 Ahora pues, orad á la faz de Dios que tenga piedad de nosotros: esto de vuestra mano vino: ¿le seréis agradables? dice Jehová de los ejércitos.

10 ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas ó alumbre mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano me será agradable el presente.

11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece á mi nombre perfume, y presente limpio: porque grande es mi nombre entre las gentes, dice Jehová de los ejércitos.

12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová; y cuando hablan que su alimento es despreciable.

13 Habéis además dicho: ­Oh qué trabajo! y lo desechasteis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, ó cojo, ó enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Seráme acepto eso de vuesta mano? dice Jehová.

14 Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica lo dañado á Jehová: porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es formidable entre las gentes.