1 Ja kun he lähestyivät Jerusalemia ja saapuivat Beetfageen, Öljymäelle, silloin Jeesus lähetti kaksi opetuslasta

4 Mutta tämä tapahtui, että kävisi toteen, mikä on puhuttu profeetan kautta, joka sanoo:

5 Sanokaa tytär Siionille: 'Katso, sinun kuninkaasi tulee sinulle hiljaisena ja ratsastaen aasilla, ikeenalaisen aasin varsalla'.

6 Niin opetuslapset menivät ja tekivät, niinkuin Jeesus oli heitä käskenyt,

7 ja toivat aasintamman varsoineen ja panivat niiden selkään vaatteensa, ja hän istuutui niiden päälle.

8 Ja suurin osa kansasta levitti vaatteensa tielle, ja toiset karsivat oksia puista ja hajottivat tielle.

12 Ja Jeesus meni pyhäkköön; ja hän ajoi ulos kaikki, jotka myivät ja ostivat pyhäkössä, ja kaatoi kumoon rahanvaihtajain pöydät ja kyyhkysten myyjäin istuimet.

14 Ja hänen tykönsä pyhäkössä tuli sokeita ja rampoja, ja hän paransi heidät.

17 Ja hän jätti heidät ja meni ulos kaupungista Betaniaan ja oli siellä yötä.

18 Kun hän varhain aamulla palasi kaupunkiin, oli hänen nälkä.

28 Mutta miten teistä on? Miehellä oli kaksi poikaa; ja hän meni ensimmäisen luo ja sanoi: 'Poikani, mene tänään tekemään työtä minun viinitarhaani'.

29 Tämä vastasi ja sanoi: 'En tahdo'; mutta jäljestäpäin hän katui ja meni.

30 Niin hän meni toisen luo ja sanoi samoin. Tämä taas vastasi ja sanoi: 'Minä menen, herra', mutta ei mennytkään.

32 Sillä Johannes tuli teidän tykönne vanhurskauden tietä, ja te ette uskoneet häntä, mutta publikaanit ja portot uskoivat häntä; ja vaikka te sen näitte, ette jäljestäpäinkään katuneet, niin että olisitte häntä uskoneet.

33 Kuulkaa toinen vertaus: Oli perheenisäntä, joka istutti viinitarhan ja teki aidan sen ympärille ja kaivoi siihen viinikuurnan ja rakensi tornin; ja hän vuokrasi sen viinitarhureille ja matkusti muille maille.

34 Ja kun hedelmäin aika lähestyi, lähetti hän palvelijoitansa viinitarhurien luokse perimään hänelle tulevat hedelmät.

35 Mutta viinitarhurit ottivat kiinni hänen palvelijansa; minkä he pieksivät, minkä tappoivat, minkä kivittivät.

36 Vielä hän lähetti toisia palvelijoita, useampia kuin ensimmäiset; ja näille he tekivät samoin.

37 Mutta viimein hän lähetti heidän luokseen poikansa sanoen: 'Minun poikaani he kavahtavat'.

38 Mutta kun viinitarhurit näkivät pojan, sanoivat he keskenänsä: 'Tämä on perillinen; tulkaa, tappakaamme hänet, niin me saamme hänen perintönsä'.

39 Ja he ottivat hänet kiinni ja heittivät ulos viinitarhasta ja tappoivat.

43 Sentähden minä sanon teille: Jumalan valtakunta otetaan teiltä pois ja annetaan kansalle, joka tekee sen hedelmiä.

45 Kun ylipapit ja fariseukset kuulivat nämä hänen vertauksensa, ymmärsivät he, että hän puhui heistä.

46 Ja he olisivat tahtoneet ottaa hänet kiinni, mutta pelkäsivät kansaa, koska se piti häntä profeettana.

1 Y COMO se acercaron á Jerusalem, y vinieron á Bethfagé, al monte de las Olivas, entonces Jesús envió dos discípulos,

2 Diciéndoles: Id á la aldea que está delante de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella: desatad la, y traédme los.

3 Y si alguno os dijere algo, decid: El Señor los ha menester. Y luego los dejará.

4 Y todo esto fué hecho, para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta, que dijo:

5 Decid á la hija de Sión: He aquí, tu Rey viene á ti, Manso, y sentado sobre una asna, Y sobre un pollino, hijo de animal de yugo.

6 Y los discípulos fueron, é hicieron como Jesús les mandó;

7 Y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y se sentó sobre ellos.

8 Y la compañía, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino: y otros cortaban ramos de los árboles, y los tendían por el camino.

9 Y las gentes que iban delante, y las que iban detrás, aclamaban diciendo: ­Hosanna al Hijo de David! ­Bendito el que viene en el nombre del Señor! ­Hosanna en las alturas!

10 Y entrando él en Jerusalem, toda la ciudad se alborotó, diciendo. ¿Quién es éste?

11 Y las gentes decían: Este es Jesús, el profeta, de Nazaret de Galilea.

12 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera todos los que vendían y compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambiadores, y las sillas de los que vendían palomas;

13 Y les dice: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros cueva de ladrones la habéis hecho.

14 Entonces vinieron á él ciegos y cojos en el templo, y los sanó.

15 Mas los príncipes de los sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y á los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ­Hosanna al Hijo de David! se indignaron,

16 Y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dice: Sí: ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?

17 Y dejándolos, se salió fuera de la ciudad, á Bethania; y posó allí.

18 Y por la mañana volviendo á la ciudad, tuvo hambre.

19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino á ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.

20 Y viendo esto los discípulos, maravillados decían: ¿Cómo se secó luego la higuera?

21 Y respondiendo Jesús les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera: mas si á este monte dijereis: Quítate y échate en la mar, será hecho.

22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

23 Y como vino al templo, llegáronse á él cuando estaba enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo, diciendo. ¿Con qué autoridad haces esto? ¿y quién te dió esta autoridad?

24 Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os preguntaré una palabra, la cual si me dijereis, también yo os diré con qué autoridad hago esto.

25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, ó de los hombres? Ellos entonces pensaron entre sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué pues no le creísteis?

26 Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen á Juan por profeta.

27 Y respondiendo á Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Ni yo os digo con qué autoridad hago esto.

28 Mas, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y llegando al primero, le dijo: Hijo, ve hoy á trabajar en mi viña.

29 Y respondiendo él, dijo: No quiero; mas después, arrepentido, fué.

30 Y llegando al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Yo, señor, voy. Y no fué.

31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dicen ellos: El primero. Díceles Jesús: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios.

32 Porque vino á vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; y los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

33 Oíd otra parábola: Fué un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña; y la cercó de vallado, y cavó en ella un lagar, y edificó una torre, y la dió á renta á labradores, y se partió lejos.

34 Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos á los labradores, para que recibiesen sus frutos.

35 Mas los labradores, tomando á los siervos, al uno hirieron, y al otro mataron, y al otro apedrearon.

36 Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; é hicieron con ellos de la misma manera.

37 Y á la postre les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto á mi hijo.

38 Mas los labradores, viendo al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y tomemos su heredad.

39 Y tomado, le echaron fuera de la viña, y le mataron.

40 Pues cuando viniere el señor de la viña, ¿qué hará á aquellos labradores?

41 Dícenle: á los malos destruirá miserablemente, y su viña dará á renta á otros labradores, que le paguen el fruto á sus tiempos.

42 Díceles Jesús: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los que edificaban, Esta fué hecha por cabeza de esquina: Por el Señor es hecho esto, Y es cosa maravillosa en nuestros ojos?

43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado á gente que haga los frutos de él.

44 Y el que cayere sobre esta piedra, será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.

45 Y oyendo los príncipes de los sacerdotes y los Fariseos sus parábolas, entendieron que hablaba de ellos.

46 Y buscando cómo echarle mano, temieron al pueblo; porque le tenían por profeta.