1 Minulle tuli tämä Herran sana:

3 Kun tuo vartiomies näkee sotajoukon lähestyvän, hän puhaltaa torveen ja varoittaa kansaa.

4 Jos joku kuulee torven äänen mutta ei välitä varoituksesta ja saa sen vuoksi surmansa vihollisen kädestä, hän on itse syypää kuolemaansa.

5 Hänhän ei välittänyt varoituksesta, vaikka kuuli torven soivan, ja siksi hän on itse syypää. Se, joka ottaa varoituksen varteen, pelastaa henkensä.

8 Kun minä uhkaan jumalatonta kuolemalla, asetan sinut vastuuseen hänestä. Ellet sinä puhu hänelle, ellet varoita häntä hänen elämänmenostaan, hän kuolee syntiensä tähden -- ja hänen kuolemastaan minä vaadin tilille sinut.

9 Mutta jos sinä varoitat jumalatonta hänen vaelluksestaan ja kehotat häntä kääntymään tieltään eikä hän silti käänny, hän kyllä kuolee syntiensä tähden mutta sinä pelastat elämäsi.

11 Sano heille: Näin sanoo Herra Jumala: Niin totta kuin elän, en minä tahdo, että jumalaton kuolee vaan että hän kääntyy teiltään ja saa elää. Kääntykää! Kääntykää pahoilta teiltänne! Miksi te kuolisitte, israelilaiset!

13 Jos minä olen vanhurskaalle taannut elämän mutta hän tekeekin vääryyttä vanhurskauteensa luottaen, ei hänen hyväkseen lueta ainoatakaan hänen vanhurskaista teoistaan. Hän teki sellaista mikä on väärin, ja siksi hänen on kuoltava.

14 Mutta jos minä uhkaan jumalatonta kuolemalla ja hän sitten kääntyy synneistään ja tekee niin kuin oikein ja hyvin on,

15 palauttaa vaatimansa pantin, korvaa sen minkä on toiselta riistänyt, vaeltaa elämän käskyjen tietä eikä enää tee vääryyttä, hän saa elää. Totisesti, hän ei kuole!

16 Ainoatakaan syntiä, jonka hän on tehnyt, ei enää muisteta. Hän tekee nyt oikein ja toimii vanhurskaasti, ja siksi hän saa elää.

18 Jos vanhurskas luopuu vanhurskaudestaan ja tekee sellaista mikä on väärin, hän kuolee väärien tekojensa tähden.

19 Ja jos jumalaton luopuu jumalattomuudestaan ja tekee niin kuin oikein ja hyvin on, hän saa sen vuoksi elää.

22 Edellisenä iltana, ennen kuin tuo pakolainen saapui, oli Herran käsi tullut ylleni. Herra oli avannut suuni, niin että aamulla, pakolaisen tullessa, saatoin puhua enkä enää ollut mykkä.

23 Minulle tuli tämä Herran sana:

25 Sano sen tähden heille: Näin sanoo Herra Jumala: Te syötte lihan verineen, te palvotte epäjumalia ja surmaatte viattomia ihmisiä. Tekö saisitte pitää maan omananne?

26 Te turvaatte miekkaanne, te teette iljettäviä tekoja ja makaatte toistenne vaimojen kanssa. Tekö saisitte pitää maan omananne?

28 Minä teen koko maasta tyhjän ja kolkon autiomaan, sen mahdista ja mahtailusta tulee loppu, eikä sen lohduttomilla vuorilla kulje kukaan.

29 He tietävät, että minä olen Herra, kun minä heidän iljettävien tekojensa tähden teen koko maasta tyhjän ja kolkon autiomaan.

31 He tulevat miehissä luoksesi, istuvat edessäsi, niin kuin kansani kuuluu tehdä, ja kuuntelevat sinun puhettasi. Sen mukaisesti he eivät kuitenkaan elä. Heidän suunsa on täynnä valhetta, heidän sydämensä on keinottelun ja voiton lumoissa.

32 Sinä olet heille vain kuin lemmenlaulujen laulaja, kaunisääninen ja taitavasti soittava viihdyttäjä. He kuuntelevat puhettasi mutta eivät elä sen mukaan.

1 Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:

2 Hijo del hombre, habla á los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de sus términos, y se lo pusiere por atalaya,

3 Y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare corneta, y avisare al pueblo;

4 Cualquiera que oyere el sonido de la corneta, y no se apercibiere, y viniendo la espada lo tomare, su sangre será sobre su cabeza.

5 El sonido de la corneta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él: mas el que se apercibiere, librará su vida.

6 Pero si el atalaya viere venir la espada, y no tocare la corneta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, tomare de él alguno; por causa de su pecado fué tomado, mas demandaré su sangre de mano del atalaya.

7 Tú pues, hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya á la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los apercibirás de mi parte.

8 Diciendo yo al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, mas su sangre yo la demandaré de tu mano.

9 Y si tú avisares al impío de su camino para que de él se aparte, y él no se apartare de su camino, por su pecado morirá él, y tú libraste tu vida.

10 Tú pues, hijo del hombre, di á la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y á causa de ellos somos consumidos: ¿cómo pues viviremos?

11 Diles: Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no quiero la muerte del impío, sino que se torne el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros caminos: ¿y por qué moriréis, oh casa de Israel?

12 Y tú, hijo del hombre, di á los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare.

13 Diciendo yo al justo: De cierto vivirá, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no vendrán en memoria, sino que morirá por su iniquidad que hizo.

14 Y diciendo yo al impío: De cierto morirás; si él se volviere de su pecado, é hiciere juicio y justicia,

15 Si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, caminare en las ordenanzas de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.

16 No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido: hizo juicio y justicia; vivirá ciertamente.

17 Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recta la vía del Señor: la vía de ellos es la que no es recta.

18 Cuando el justo se apartare de su justicia, é hiciere iniquidad, morirá por ello.

19 Y cuando el impío se apartare de su impiedad, é hiciere juicio y justicia, vivirá por ello.

20 Y dijisteis: No es recta la vía del Señor. Yo os juzgaré, oh casa de Israel, á cada uno conforme á sus caminos.

21 Y aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, á los cinco del mes, que vino á mí un escapado de Jerusalem, diciendo: La ciudad ha sido herida.

22 Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes que el escapado viniese, y había abierto mi boca, hasta que vino á mí por la mañana; y abrió mi boca, y no más estuve callado.

23 Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

24 Hijo del hombre, los que habitan aquellos desiertos en la tierra de Israel, hablando dicen: Abraham era uno, y poseyó la tierra: pues nosotros somos muchos; á nosotros es dada la tierra en posesión.

25 Por tanto, diles: Así dicho el Señor Jehová: ¿Con sangre comeréis, y á vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y sangre derramaréis, y poseeréis vosotros la tierra?

26 Estuvisteis sobre vuestras espadas, hicisteis abominación, y contaminasteis cada cual la mujer de su prójimo: ¿y habréis de poseer la tierra?

27 Les dirás así: Así ha dicho el Señor Jehová: Vivo yo, que los que están en aquellos asolamientos caerán á cuchillo, y al que está sobre la haz del campo entregaré á las bestias que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán.

28 Y pondré la tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su fortaleza; y los montes de Israel serán asolados, que no haya quien pase.

29 Y sabrán que yo soy Jehová, cuando pusiere la tierra en soledad y desierto, por todas las abominaciones que han hecho.

30 Y tú, hijo del hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto á las paredes y á las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oid qué palabra sale de Jehová.

31 Y vendrán á ti como viene el pueblo, y se estarán delante de ti como mi pueblo, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra: antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia.

32 Y he aquí que tú eres á ellos como cantor de amores, gracioso de voz y que canta bien: y oirán tus palabras, mas no las pondrán por obra.

33 Empero cuando ello viniere (he aquí viene) sabrán que hubo profeta entre ellos.