1 Nälänhätä oli Kanaaninmaassa kova.

4 Me lähdemme kyllä Egyptiin ostamaan sinulle syötävää, jos annat veljemme tulla mukaan,

9 Minä otan itse vastatakseni hänestä, minut voit vaatia tilille hänen hengestään. Jos en tuo häntä takaisin tänne sinun luoksesi, minä olen aina oleva sinun edessäsi syyllinen.

12 Ottakaa mukaanne kaksin- kertainen määrä hopeaa, niin että voitte palauttaa sen hopean, joka oli pantu säkkienne suulle. Ehkä se oli joutunut sinne vahingossa.

13 Ottakaa siis vel- jenne mukaan ja menkää takaisin.

15 Miehet kokosivat lahjansa, ottivat kaksinkertai- sen määrän hopeaa ja lähtivät Egyptiin Benjamin mukanaan. Siellä he astuivat Joosefin eteen.

17 Mies teki niin kuin Joosef oli käskenyt.

19 Kun tultiin talon portille, he menivät Joosefin taloutta hoitavan miehen luo ja sanoivat hänelle:

21 ja kun tulimme yöpymispaikkaan ja avasimme säkkimme, jokainen meistä löysi hopeansa täysimääräisenä säkkinsä suulta. Sen me olemme nyt tuoneet takaisin,

24 Sitten mies vei heidät sisälle taloon, toi heille vettä, että he saivat pestä matkan pölyt jaloistaan, ja antoi rehua heidän aaseilleen.

25 Odottaessaan Joosefia, jonka piti saapua keskipäivällä, he ottivat esiin lahjansa, sillä he olivat kuulleet, että he saisivat aterioida siellä.

26 Kun Joosef tuli taloon, he veivät hänelle lahjat ja lankesivat maahan hänen eteensä.

30 Sitten Joosef poistui kiireesti, sillä nähdessään veljensä Benjaminin hän liikuttui niin, että hänen oli vaikea pidättää itkuaan. Hän meni sisähuoneeseen ja itki siellä.

32 Ja ruokaa tuotiin erikseen hänelle, erikseen veljille ja erik- seen niille egyptiläisille, jotka söivät hänen luo- naan, sillä egyptiläiset eivät aterioi heprealaisten kanssa; se on egyptiläisistä sopimatonta.

33 Veljet sijoitettiin istumaan Joosefia vastapäätä, ikäjärjestyksessä, vanhin ensimmäiselle sijalle ja nuorin viimeiselle. Veljekset katselivat ihmeissään toisiaan.

34 Kun sitten Joosef jakoi heille omista ruoistaan valitsemiaan paloja, Benjamin sai niitä viisi kertaa enemmän kuin muut veljet. Ja he joivat kaikki yhdessä ja humaltuivat.

1 Y EL hambre era grande en la tierra.

2 Y aconteció que como acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, díjoles su padre: Volved, y comprad para nosotros un poco de alimento.

3 Y respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro sin vuestro hermano con vosotros.

4 Si enviares á nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento:

5 Pero si no le enviares, no descenderemos: porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro sin vuestro hermano con vosotros.

6 Y dijo Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais más hermano?

7 Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿tenéis otro hermano? y declarámosle conforme á estas palabras. ¿Podíamos nosotros saber que había de decir: Haced venir á vuestro hermano?

8 Entonces Judá dijo á Israel su padre: Envía al mozo conmigo, y nos levantaremos é iremos, á fin que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.

9 Yo lo fío; á mí me pedirás cuenta de él: si yo no te lo volviere y lo pusiere delante de ti, seré para ti el culpante todos los días:

10 Que si no nos hubiéramos detenido, cierto ahora hubiéramos ya vuelto dos veces.

11 Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros vasos, y llevad á aquel varón un presente, un poco de bálsamo, y un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.

12 Y tomad en vuestras manos doblado dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fué yerro.

13 Tomad también á vuestro hermano, y levantaos, y volved á aquel varón.

14 Y el Dios Omnipotente os dé misericordias delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y á este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.

15 Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doblado dinero, y á Benjamín; y se levantaron, y descendieron á Egipto, y presentáronse delante de José.

16 Y vió José á Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Mete en casa á esos hombres, y degüella víctima, y aderéza la; porque estos hombres comerán conmigo al medio día.

17 E hizo el hombre como José dijo; y metió aquel hombre á los hombres en casa de José.

18 Y aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron metidos en casa de José, y decían: Por el dinero que fué vuelto en nuestros costales la primera vez nos han metido aquí, para revolver contra nosotros, y dar sobre nosotros, y tomarnos por siervos á nosotros, y á nuestros asnos.

19 Y llegáronse al mayordomo de la casa de José, y le hablaron á la entrada de la casa.

20 Y dijeron: Ay, señor mío, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio á comprar alimentos:

21 Y aconteció que como vinimos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y hémoslo vuelto en nuestras manos.

22 Hemos también traído en nuestras manos otro dinero para comprar alimentos: nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales.

23 Y él respondió: Paz á vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dió el tesoro en vuestros costales: vuestro dinero vino á mí. Y sacó á Simeón á ellos.

24 Y metió aquel varón á aquellos hombres en casa de José: y dióles agua, y lavaron sus pies: y dió de comer á sus asnos.

25 Y ellos prepararon el presente entretanto que venía José al medio día, porque habían oído que allí habían de comer pan.

26 Y vino José á casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de casa, é inclináronse á él hasta tierra.

27 Entonces les preguntó él cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿vive todavía?

28 Y ellos respondieron: Bien va á tu siervo nuestro padre; aun vive. Y se inclinaron, é hicieron reverencia.

29 Y alzando él sus ojos vió á Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.

30 Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas á causa de su hermano, y procuró donde llorar: y entróse en su cámara, y lloró allí.

31 Y lavó su rostro, y salió fuera, y reprimióse, y dijo: Poned pan.

32 Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los Egipcios que con él comían: porque los Egipcios no pueden comer pan con los Hebreos, lo cual es abominación á los Egipcios.

33 Y sentáronse delante de él, el mayor conforme á su mayoría, y el menor conforme á su menoría; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro.

34 Y él tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces como cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y alegráronse con él.