1 Israelilaiset rikkoivat jälleen Herraa vastaan, ja Herra jätti heidät neljäksikymmeneksi vuodeksi filistealaisten armoille.

2 Soreassa eli siihen aikaan Danin heimoon kuuluva mies, jonka nimi oli Manoah. Hänen vaimonsa oli lapseton.

4 Et saa juoda viiniä etkä olutta etkä syödä mitään epäpuhdasta

9 Jumala kuuli Manoahin rukouksen, ja enkeli tuli uudelleen naisen luo tämän ollessa pellolla. Hänen miehensä Manoah ei ollut silloin paikalla.

19 Manoah haki nuoren pukin ja ruokauhrin ja uhrasi ne kalliolla Herralle. Manoahin ja hänen vaimonsa katsellessa tapahtui ihme:

20 kun liekki nousi alttarilta kohti taivasta, Herran enkeli kohosi ylös liekkien mukana. Tämän nähdessään Manoah ja hänen vaimonsa lankesivat kasvoilleen maahan.

21 Herran enkeli ei sen jälkeen enää ilmestynyt Manoahille eikä hänen vaimolleen. Manoah käsitti, että mies oli ollut Herran enkeli,

24 Nainen synnytti pojan ja antoi hänelle nimen Simson. Poika kasvoi, ja Herra siunasi häntä.

25 Herran henki alkoi ajaa häntä tekoihin hänen asuessaan Mahane-Danissa, Sorean ja Estaolin välillä.

1 Y LOS hijos de Israel tornaron á hacer lo malo en los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los Filisteos, por cuarenta años.

2 Y había un hombre de Sora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, que nunca había parido.

3 A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y díjole: He aquí que tú eres estéril, y no has parido: mas concebirás y parirás un hijo.

4 Ahora, pues, mira que ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda.

5 Porque tú te harás embarazada, y parirás un hijo: y no subirá navaja sobre su cabeza, porque aquel niño será Nazareo á Dios desde el vientre, y él comenzará á salvar á Israel de mano de los Filisteos.

6 Y la mujer vino y contólo á su marido, diciendo: Un varón de Dios vino á mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, terrible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.

7 Y díjome: He aquí que tú concebirás, y parirás un hijo: por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda; porque este niño desde el vientre será Nazareo á Dios hasta el día de su muerte.

8 Entonces oró Manoa á Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, torne ahora á venir á nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.

9 Y Dios oyó la voz de Manoa: y el ángel de Dios volvió otra vez á la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella.

10 Y la mujer corrió prontamente, y noticiólo á su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino á mí el otro día.

11 Y levantóse Manoa, y siguió á su mujer; y así que llegó al varón, díjole: ¿Eres tú aquel varón que hablaste á la mujer? Y él dijo: Yo soy.

12 Entonces Manoa dijo: Cúmplase pues tu palabra. ¿Qué orden se tendrá con el niño, y qué ha de hacer?

13 Y el ángel de Jehová respondió á Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije:

14 Ella no comerá cosa que proceda de vid que da vino; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda: ha de guardar todo lo que le mandé.

15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Ruégote permitas que te detengamos, y aderezaremos un cabrito que poner delante de ti.

16 Y el ángel de Jehová respondió á Manoa: Aunque me detengas no comeré de tu pan: mas si quisieres hacer holocausto, sacrifícalo á Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová.

17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cómo es tu nombre, para que cuando se cumpliere tu palabra te honremos?

18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es oculto?

19 Y Manoa tomó un cabrito de las cabras y un presente, y sacrificólo sobre una peña á Jehová: y el ángel hizo milagro á vista de Manoa y de su mujer.

20 Porque aconteció que como la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar á vista de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra sobre sus rostros.

21 Y el ángel de Jehová no tornó á aparecer á Manoa ni á su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová.

22 Y dijo Manoa á su mujer: Ciertamente moriremos, porque á Dios hemos visto.

23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no tomara de nuestras manos el holocausto y el presente, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni en tal tiempo nos habría anunciado esto.

24 Y la mujer parió un hijo, y llamóle por nombre Samsón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo.

25 Y el espíritu de Jehová comenzó á manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Sora y Esthaol.