2 Niin kuin te tuomitsette, niin tullaan teidät tuomitsemaan, ja niin kuin te mittaatte, niin tullaan teille mittaamaan.

3 Kuinka näet roskan veljesi silmässä, mutta et huomaa, että omassa silmässäsi on hirsi?

4 Kuinka voit sanoa veljellesi: 'Annapa kun otan roskan silmästäsi', kun omassa silmässäsi on hirsi?

5 Sinä tekopyhä! Ota ensin hirsi omasta silmästäsi, vasta sitten näet ottaa roskan veljesi silmästä.

8 Sillä jokainen pyytävä saa ja jokainen etsijä löytää, ja jokaiselle, joka kolkuttaa, avataan.

9 Ei kai kukaan teistä anna pojalleen kiveä, kun hän pyytää leipää?

10 Tai käärmettä, kun hän pyytää kalaa?

11 Jos kerran te pahat ihmiset osaatte antaa lapsillenne kaikenlaista hyvää, niin paljon ennemmin teidän taivaallinen Isänne antaa hyvää niille, jotka sitä häneltä pyytävät.

14 Miten ahdas onkaan se portti ja kapea se tie, joka vie elämään, ja vain harvat löytävät sen!

16 Hedelmistä te heidät tunnette. Eihän orjantappuroista koota rypäleitä eikä ohdakkeista viikunoita.

17 Hyvä puu tekee hyviä hedelmiä, huono puu kelvottomia hedelmiä.

18 Ei hyvä puu voi tehdä kelvottomia eikä huono puu hyviä hedelmiä.

19 Jokainen puu, joka ei tee hyvää hedelmää, kaadetaan ja heitetään tuleen.

20 Hedelmistä te siis tunnette heidät.

22 Monet sanovat minulle sinä päivänä: 'Herra, Herra! Sinun nimessäsihän me profetoimme, sinun nimessäsi me karkotimme pahoja henkiä ja sinun nimessäsi teimme monia voimatekoja.'

23 Mutta silloin he saavat minulta vastauksen: 'En tunne teitä. Menkää pois minun luotani, vääryydentekijät!'

25 Alkoi sataa, tulvavesi virtasi ja myrskytuuli pieksi taloa, mutta se ei sortunut, sillä se oli rakennettu kallioperustalle.

28 Kun Jeesus oli lopettanut puheensa, kansanjoukot olivat hämmästyksissään hänen opetuksestaan.

29 Hän opetti niin kuin se, jolle on annettu valta, ei niin kuin lainopettajat.

1 NO juzguéis, para que no seáis juzgados.

2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán á medir.

3 Y ¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo?

4 O ¿cómo dirás á tu hermano: Espera, echaré de tu ojo la mota, y he aquí la viga en tu ojo?

5 Hipócrita! echa primero la viga de tu ojo, y entonces mirarás en echar la mota del ojo de tu hermano.

6 No deis lo santo á los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos; porque no las rehuellen con sus pies, y vuelvan y os despedacen.

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

8 Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abrirá.

9 ¿Qué hombre hay de vosotros, á quien si su hijo pidiere pan, le dará una piedra?

10 ¿Y si le pidiere un pez, le dará una serpiente?

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas á vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas á los que le piden?

12 Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esta es la ley y los profetas.

13 Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva á perdición, y muchos son los que entran por ella.

14 Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva á la vida, y pocos son los que la hallan.

15 Y guardaos de los falsos profetas, que vienen á vosotros con vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces.

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos, ó higos de los abrojos?

17 Así, todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol maleado lleva malos frutos.

18 No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol maleado llevar frutos buenos.

19 Todo árbol que no lleva buen fruto, córtase y échase en el fuego.

20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros?

23 Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña;

25 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña.

26 Y cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace, le compararé á un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

27 Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, é hicieron ímpetu en aquella casa; y cayó, y fué grande su ruina.

28 Y fué que, como Jesús acabó estas palabras, las gentes se admiraban de su doctrina;

29 Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.