1 Ja fariseukset ja muutamat kirjanoppineet, jotka olivat tulleet Jerusalemista, kokoontuivat hänen luoksensa.

2 Ja he näkivät, että muutamat hänen opetuslapsistaan söivät leipää epäpuhtailla, se on pesemättömillä, käsillä.

3 Sillä eivät fariseukset eivätkä ketkään juutalaiset syö, ennenkuin ovat tarkoin pesseet kätensä, noudattaen vanhinten perinnäissääntöä,

4 ja torilta tultuaan he eivät syö, ennenkuin ovat itseään vedellä vihmoneet; ja paljon muuta on, mitä he ovat ottaneet noudattaakseen, niinkuin maljain ja kiviastiain ja vaskiastiain pesemisiä.

7 mutta turhaan he palvelevat minua opettaen oppeja, jotka ovat ihmiskäskyjä'.

10 Sillä Mooses on sanonut: 'Kunnioita isääsi ja äitiäsi', ja: 'Joka kiroaa isäänsä tai äitiänsä, sen pitää kuolemalla kuoleman'.

11 Mutta te sanotte, että jos ihminen sanoo isälleen tai äidilleen: 'Se, minkä sinä olisit saava minulta hyväksesi, on korban' -se on uhrilahja--

12 ja niin te ette enää salli hänen antaa mitään avustusta isälleen tai äidilleen.

15 ei mikään, mikä ihmisen ulkopuolelta menee hänen sisäänsä, voi häntä saastuttaa, vaan mikä ihmisestä lähtee ulos, se saastuttaa ihmisen.

17 Ja kun hän kansasta erottuaan oli mennyt erääseen taloon, kysyivät hänen opetuslapsensa häneltä sitä vertausta.

21 Sillä sisästä, ihmisten sydämestä, lähtevät pahat ajatukset, haureudet, varkaudet, murhat,

22 aviorikokset, ahneus, häijyys, petollisuus, irstaus, pahansuonti, jumalanpilkka, ylpeys, mielettömyys.

24 Ja hän nousi ja lähti sieltä Tyyron ja Siidonin alueelle. Ja hän meni erääseen taloon eikä tahtonut, että kukaan saisi sitä tietää; mutta hän ei saanut olla salassa,

25 vaan heti kun eräs vaimo, jonka pienessä tyttäressä oli saastainen henki, kuuli hänestä, tuli hän ja lankesi hänen jalkojensa juureen.

26 Ja se vaimo oli kreikatar, syntyään syyrofoinikialainen; ja hän pyysi häntä ajamaan ulos riivaajan hänen tyttärestään.

30 Ja vaimo meni kotiinsa ja havaitsi lapsen makaavan vuoteella ja riivaajan lähteneen hänestä.

31 Ja hän lähti jälleen Tyyron alueelta ja kulkien Siidonin kautta tuli Galilean järven ääreen Dekapolin alueen keskitse.

32 Ja hänen tykönsä tuotiin kuuro, joka oli melkein mykkä, ja he pyysivät häntä panemaan kätensä hänen päälleen.

33 Niin hän otti hänet erilleen kansasta, pisti sormensa hänen korviinsa, sylki ja koski hänen kieleensä

35 Niin hänen korvansa aukenivat, ja hänen kielensä side irtautui, ja hän puhui selkeästi.

36 Ja Jeesus kielsi heitä sitä kenellekään sanomasta; mutta mitä enemmän hän heitä kielsi, sitä enemmän he julistivat.

1 Y SE juntaron á él los Fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalem;

2 Los cuales, viendo á algunos de sus discípulos comer pan con manos comunes, es á saber, no lavadas, los condenaban.

3 (Porque los Fariseos y todos los Judíos, teniendo la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen.

4 Y volviendo de la plaza, si no se lavaren, no comen. Y otras muchas cosas hay, que tomaron para guardar, como las lavaduras de los vasos de beber, y de los jarros, y de los vasos de metal, y de los lechos.)

5 Y le preguntaron los Fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme á la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos comunes?

6 Y respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, Mas su corazón lejos está de mí.

7 Y en vano me honra, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.

8 Porque dejando el mandamiento de Dios, tenéis la tradición de los hombres; las lavaduras de los jarros y de los vasos de beber: y hacéis otras muchas cosas semejantes.

9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.

10 Porque Moisés dijo: Honra á tu padre y á tu madre, y: El que maldijera al padre ó á la madre, morirá de muerte.

11 Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre ó á la madre: Es Corbán (quiere decir, don mío á Dios) todo aquello con que pudiera valerte;

12 Y no le dejáis hacer más por su padre ó por su madre,

13 Invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que disteis: y muchas cosas hacéis semejantes á éstas.

14 Y llamando á toda la multitud, les dijo: Oidme todos, y entended:

15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar: mas lo que sale de él, aquello es lo que contamina al hombre.

16 Si alguno tiene oídos para oir, oiga.

17 Y apartado de la multitud, habiendo entrado en casa, le preguntaron sus discípulos sobra la parábola.

18 Y díjoles: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar;

19 Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale á la secreta? Esto decía, haciendo limpias todas las viandas.

20 Mas decía, que lo que del hombre sale, aquello contamina al hombre.

21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,

22 Los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia, la insensatez.

23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.

24 Y levantándose de allí, se fué á los términos de Tiro y de Sidón; y entrando en casa, quiso que nadie lo supiese; mas no pudo esconderse.

25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó á sus pies.

26 Y la mujer era Griega, Sirofenisa de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.

27 Más Jesús le dijo: Deja primero hartarse los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos y echarlo á los perrillos.

28 Y respondió ella, y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.

29 Entonces le dice: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.

30 Y como fué á su casa, halló que el demonio había salido, y á la hija echada sobre la cama.

31 Y volviendo á salir de los términos de Tiro, vino por Sidón á la mar de Galilea, por mitad de los términos de Decápolis.

32 Y le traen un sordo y tartamudo, y le ruegan que le ponga la mano encima.

33 Y tomándole aparte de la gente, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua;

34 Y mirando al cielo, gimió, y le dijo: Ephphatha: que es decir: Sé abierto.

35 Y luego fueron abiertos sus oídos, y fué desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.

36 Y les mandó que no lo dijesen á nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban.

37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo: hace á los sordos oir, y á los mudos hablar.