23 Alégrase el hombre con la respuesta de su boca: Y la palabra á su tiempo, cuán buena es!
21 La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos.
3 El que guarda su boca guarda su alma: Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
8 Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día.
1 ALABAD á Jehová, invocad su nombre. Haced notorias sus obras en los pueblos.
1 LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
36 Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio;
9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
9 No volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia.
22 Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.
4 La sana lengua es árbol de vida: Mas la perversidad en ella es quebrantamiento de espíritu.
45 El buen hombre del buen tesoro de su corazón saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazón saca mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
7 Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que piensan que por su parlería serán oídos.
28 Aun el necio cuando calla, es contado por sabio: El que cierra sus labios es entendido.
12 Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.
3 Por tanto, las cosas que dijisteis en tinieblas, á la luz serán oídas; y lo que hablasteis al oído en las cámaras, será pregonado en los terrados.
19 En las muchas palabras no falta pecado: Mas el que refrena sus labios es prudente.
2 Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
8 Abre tu boca por el mudo, En el juicio de todos los hijos de muerte.
13 El que anda en chismes, descubre el secreto: Mas el de espíritu fiel encubre la cosa.
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardío para hablar, tardío para airarse:
29 Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia á los oyentes.
26 Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles.
15 Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve, y redargúyele entre ti y él solo: si te oyere, has ganado á tu hermano.
18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad.