9 ¿Yo que hago parir, no pariré? dijo Jehová. ¿Yo que hago engendrar, seré detenido? dice el Dios tuyo.
9 Empero tú eres el que me sacó del vientre, El que me haces esperar desde que estaba á los pechos de mi madre.
5 Como tú no sabes cuál es el camino del viento, ó como se crían los huesos en el vientre de la mujer preñada, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.
21 La mujer cuando pare, tiene dolor, porque es venida su hora; mas después que ha parido un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho.
15 No fué encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fuí formado, Y compaginado en lo más bajo de la tierra.
16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
13 Porque tú poseiste mis riñones; Cubrísteme en el vientre de mi madre.
16 Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.
27 Por este niño oraba, y Jehová me dió lo que le pedí.
14 Y Jesús dijo: Dejad á los niños, y no les impidáis de venir á mí; porque de los tales es el reino de los cielos.
5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, te dí por profeta á las gentes.
3 He aquí, heredad de Jehová son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre.