Nascer de Novo

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.

6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.

7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.


15 De cierto os digo, que el que no recibiere el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.


1 Mirad cuál caridad nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él.

2 Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que si él apareciere (en nosotros) , seremos semejantes a él, porque le veremos como él es.


17 De manera que si alguno es en Cristo, son nueva creación; las cosas viejas pasaron; he aquí todo es hecho nuevo.


3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, que según su grande misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva, por la resurrección de Jesús, el Cristo, de los muertos:

4 Para la herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, conservada en los cielos,


23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra del Dios, viviente y que permanece para siempre.


11 Así también vosotros, pensad que vosotros de cierto sois muertos al pecado; mas que vivís a Dios en el Cristo Jesús, Señor nuestro.


4 Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como el Cristo resucitó de los muertos a gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.

5 Porque si fuimos plantados juntamente en él a la semejanza de su muerte, también lo seremos a la de su resurrección;

6 convencidos que nuestro viejo hombre juntamente fue colgado en el madero con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado.

7 Porque el que es muerto, justificado es del pecado.


22 a que dejéis, en cuanto a la pasada manera de vivir; es a saber el viejo hombre que se corrompe conforme a los deseos del error;

23 y a renovaros en el espíritu de vuestro entendimiento,

24 y vestir el nuevo hombre que es creado conforme a Dios en justicia y en santidad de la verdad.


12 Mas a todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su Nombre;

13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.


3 Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el Reino de Dios.

4 Le dice Nicodemo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer?

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.

6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.

7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.

8 El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde vaya; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.


20 Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.


2 desead, como niños recién nacidos, la leche racional, y que es sin engaño, para que por ella crezcáis en salud,

3 si empero habéis gustado que el Señor es benigno;


4 Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, nacido de mujer, nacido súbdito de la ley,

5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.


9 No mintáis los unos a los otros, despojándoos del viejo hombre con sus hechos,

10 y revestíos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme a la imagen del que lo creó;

11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre; mas Cristo es el todo, y en todos.


19 Y les daré un corazón, y espíritu nuevo daré en sus entrañas; y quitaré el corazón de piedra de su carne, y les daré corazón de carne;

20 para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis juicios y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.


1 En aquel tiempo se llegaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el Reino de los cielos?

2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,

3 Y dijo: De cierto os digo, que si no os convirtáis, y fuereis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos.

4 Así que, cualquiera que se abajare como este niño, éste es el mayor en el Reino de los cielos.


4 Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como el Cristo resucitó de los muertos a gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.


4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su mucha caridad con que nos amó,

5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con el Cristo; por cuya gracia sois salvos;


3 Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el Reino de Dios.