Mundo

15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

33 Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo.

10 Porque el dolor que es según Dios, obra arrepentimiento saludable, de que no hay que arrepentirse; mas el dolor del siglo obra muerte.

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables:

1 MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él.

7 Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar.

8 Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto.

4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

19 Sabemos que somos de Dios, y todo el mundo está puesto en maldad.

9 Aquel era la luz verdadera, que alumbra á todo hombre que viene á este mundo.

10 En el mundo estaba, y el mundo fué hecho por él; y el mundo no le conoció.

18 Nadie se engañe á sí mismo: si alguno entre vosotros parece ser sabio en este siglo, hágase simple, para ser sabio.

11 Y visitaré la maldad sobre el mundo, y sobre los impíos su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.

1 Salmo de David. DE Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.

2 Porque él la fundó sobre los mares, Y afirmóla sobre los ríos.

4 Por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina, habiendo huído de la corrupción que está en el mundo por concupiscencia.

20 ¿Qué es del sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador de este siglo? ¿no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

21 Porque por no haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios á Dios por sabiduría, agradó á Dios salvar á los creyentes por la locura de la predicación.

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables:

14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio á todos los Gentiles; y entonces vendrá el fin.

18 Si el mundo os aborrece, sabed que á mí me aborreció antes que á vosotros.

19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo.

13 Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.

14 Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

28 Y lo vil del mundo y lo menos preciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es:

29 Para que ninguna carne se jacte en su presencia.

15 Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio á toda criatura.

19 Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, Que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!

31 Ahora es el juicio de este mundo: ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera pues que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

27 Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;

2 Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

33 Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo.

7 Ay del mundo por los escándalos! porque necesario es que vengan escándalos; mas ay de aquel hombre por el cual viene el escándalo!

8 Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sustilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme á los elementos del mundo, y no según Cristo:

12 Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado;

7 Empero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo vaya: porque si yo no fuese, el Consolador no vendría á vosotros; mas si yo fuere, os le enviaré.

8 Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia, y de juicio:

9 De pecado ciertamente, por cuanto no creen en mí;

10 Y de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

11 Y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo es juzgado.

13 Hermanos míos, no os maravilléis si el mundo os aborrece.

4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.

14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.

26 Porque ¿de qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará el hombre por su alma?

19 Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.

15 Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio á toda criatura.

1 MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él.

19 Empero sabemos que todo lo que la ley dice, á los que están en la ley lo dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete á Dios:

4 Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.

7 Mas Jehová permanecerá para siempre: Dispuesto ha su trono para juicio.

8 Y él juzgará el mundo con justicia; Y juzgará los pueblos con rectitud.

4 Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.

7 Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar.

8 Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto.

17 Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.

3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne.

27 La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.

2 Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

27 La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

2 Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

26 Porque ¿de qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará el hombre por su alma?

15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

11 Tuyos los cielos, tuya también la tierra: El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.

11 Porque la gracia de Dios que trae salvación á todos los hombres, se manifestó.

12 Enseñándonos que, renunciando á la impiedad y á los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, y justa, y píamente,

10 En el mundo estaba, y el mundo fué hecho por él; y el mundo no le conoció.

16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

12 Y hablóles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida.

15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

17 Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.

18 Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo.

27 La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.

25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, mas yo te he conocido; y éstos han conocido que tú me enviaste;

26 Y yo les he manifestado tu nombre, y manifestaré lo aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

36 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma?